miércoles, 11 de mayo de 2016

La represa

Por Rosario Ovalle

Me encuentro en una habitación donde, si no fuera por mis sentidos, no podría asegurar que tengo cuerpo. El hielo penetra en mi, cual cuchillo vengador, dejándome sin aliento. Recuerdo que en un principio, olía a cremación de cerdos, combinada con estiércol. No se si dar gracias o no, pero ahora ya es parte de mí.

He perdido la noción del tiempo y el espacio, podría haber llegado hace un mes o 1 año, podría estar en China, Inglaterra o Chile. Nunca he tenido contacto más que conmigo mismo, se hablar chino mandarín, inglés y español, por lo que elaboraba monólogos.

De vez en cuando, tengo vagos recuerdos de helicópteros, caras, conversaciones…where I seemed to be happy. No distingo los sueños de mis pensamientos, y ya no extraño nada, porque incluso el extrañar, es un concepto lejano a mi… ¿Cómo se puede extrañar lo que no se recuerda, o no se ha vivido?

Siempre estuve en armonía, pese a no saber nada cierto de mi guòqu, xiànzài, wèlài. Poco a poco comencé a oír voces lejanas, pero a la vez cercanas, eran ecos de sombras. Por muy extraño que parezca, me ayudaron a recordar mis raíces. Ahora lo recuerdo bien: me titulé de abogado, con distinción máxima, me casé con una doctora llamada Anita(la más codiciada por los hombres) y tuvimos 5 hijos(Todos con la inicial A).

Mi gran pasatiempo era volar en helicóptero, y al jubilarme, it became my life. Mientras más riego se corría, mayor era mi entretención. Me propuse  volar con tormenta eléctrica, y recorrer de Santiago a Puerto Williams sin parada alguna, por simple ambición. Si lo lograba, iba a estar en  boca de todo el mundo, y todos me admirarían.

Sentí de pronto, un gran apretón de manos…
-          ¡Papá!
-          ¡Abuelo! ¡Abuelo! ¡Abuelo! – gritaban a viva voz los niños.
-          ¡Niños, corran inmediatamente a buscar a su abuela!
-          Qué me pasó, no recuerdo nada… Mi Antonia, cómo has crecido… ¿Te casaste? ¿Y ésos niños?
-          Tú tranquilo, ya habrá tiempo…

-          ¡Amor, qué alegría volver a oír tu voz! ¡Yo sabía que volverías!

-          ¿Volver?



Todos gritaron de emoción, aquel día, y yo, seguí mi camino…

1 comentario:

  1. Rosario, me gusta el toque de los distintos idiomas, es original y muestra preocupación por el cuento...los olores y sonidos se me hicieron super claros, y el final me sorprendió un poco, no me esperaba que teminase así la historia
    ¡Saludos!

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