sábado, 2 de abril de 2016

Cobarde




Nicolás era un pedazo de carne con un alma cautiva dentro. Se sentía abandonado, igual que las ruinas de un edificio a medio construir. Ya ni siquiera se molestaba cuando sus compañeros le insultaban y lanzaban a su nuca bolas de papel. No miraba a ambos lados antes de cruzar la calle, ni se preocupaba de comer todos los días. La vida le parecía como un río de mercurio opaco; lento, triste, callado, gris e indiferente. Estaba muerto, vacío. Nada le importaba.

Había pensado cientos de veces en suicidarse, sin embargo, cada vez que iba a saltar desde la ventana, el temor le impedía dar el paso. Él estaba vivo únicamente porque no se atrevía a morir.

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✿Yukino
La imagen pertenece a v4vodka

2 comentarios:

  1. Sin.palabras
    ¡Me llegó mucho! Ese sentimiento de estar vivo por "no atreverse a morir" es tan intenso, y se lee tan poco de el.... el cuento es corto, pero muy potente, y por lo menos a mí me impactó

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  2. Vivo por no atreverse a morir...buenísimo, me encanta lo corto y lleno de contenido de este cuento

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