miércoles, 13 de abril de 2016

Nada

Me encerré en mi pieza a llorar, no podía más del dolor. Las lágrimas no paraban de salir. ¿Por qué todo me pasaba a mi? ¿Qué había hecho yo para merecer esto? Nada.
Intenté calmarme con mi forma habitual, tomé el tip-top de mi velador y comencé a enterrarlo en mi piel. Un corte no era suficiente, así que lo remarcaba una y otra vez. Llevaba años haciéndolo, no me imaginaba otra forma de descargarme.
Cuando descubrí que era inútil, que no me ayudaba a tranquilizarme, tomé otra decisión.
Tranquilamente me dirigí al baño, cogí un maletín que estaba escondido al fondo del cajón y lo abrí.
El estuche estaba lleno de remedios, de todo tipo, esperando impacientes a que llegara el día en que viniera a hacerlos útiles.
No podía parar de llorar, “esto es lo mejor” me dije a mi misma, y comencé a tomarme los remedios, uno por uno, hasta que se vació totalmente.
Me mire en el espejo y mis últimos pensamientos antes de perder el conocimiento fueron: “Este cuarto intento de suicidio tiene que funcionar, es mi única salvación… Oh, que tranquilo esta todo, creo que me acostare aquí en las baldosas hasta dormir… ¿Quién me encontrará? Espero que no sea mi hermanita… Tengo sueño… Tanto sueño… Al fin descansaré…


Y. Incussus

2 comentarios:

  1. Nachita....está fuerte, me salieron un par de lágrimas al leerlo..la desesperación, la soledad, la calma antes de la muerte. Uf, me deja sin palabras, realmente te pones en la piel del personaje

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  2. Un cuento escrito con las emociones a flor de piel. Eso siempre hace que me den escalofríos, sea la historia que sea. Se siente el dolor, y en cierto sentido, uno puede hacer suyo parte de ese sufrimiento. Aunque creo que le falta un poco en el tema de redacción, el cuento en sí está buenísimo y transmite sensaciones muy fuertes en unas pocas líneas. Seca.

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