domingo, 10 de abril de 2016

Desconocido

Nuevamente, Tomás estaba sufriendo uno de esos conocidos y terribles ataques de angustia.
Como todo lunes a las 8:30 de la mañana, estaba en la universidad, haciendo un control de cálculo. Cursaba el cuarto año de Ingeniería Comercial. Apenas leyó el enunciado del primer ejercicio, se le hizo un nudo en la garganta y comenzó a sentir como su pecho se cerraba cada vez más, haciendo de la respiración, una verdadera hazaña.
Durante toda su vida escolar, Tomás siempre tuvo claro lo que quería hacer a futuro. En qué y donde iba a trabajar, a qué edad se casaría y cuantos hijos tendría. Sin embargo, nada resultó como planeaba. Sin saber cómo, estaba prácticamente terminando una carrera que ni siquiera sabía porque estaba estudiando. Se sentía un extraño en su propia vida, sentía que había ido dejando de lado su personalidad al elegir una carrera tan diferente a lo que siempre le había gustado. Se sentía perdido.
Leer ese enunciado que hablaba de un periodista, le hizo revivir nuevamente esa sensación de no saber quién es, de no tener una identidad. Y es así como se fue sucumbiendo en una espiral de pensamientos oscuros que lo atemorizaban hasta lo más profundo. Ya no dormía ni comía, no disfrutaba estar con sus amigos; siempre estaba presente esa pregunta terrible “¿quién soy?”
No veía salida, pensaba que estaba destinado a ser infeliz, a no vivir la vida que quería vivir.
Quedan diez minutos - Dijo el Profesor.
Sobresaltado, dejó sus desoladores pensamientos de lado, como siempre, y volvió a concentrarse en las matemáticas.

  

4 comentarios:

  1. Alex, tu cuento es tan real....tantas veces me ocurrió eso en distintos momentos, esa sensación de no saber quien eres, de perder propósito y sentido...no se habla mucho del tema, pero creo que es algo que a todos les ocurre en algún punto...me encanta como conectas y desconectas al personaje de la realidad, está muy bien hecho.

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  2. Me encanta cómo nos haces reflexionar sobre el sentido del deber y el querer. Muchas veces nos movemos por la esfera del deber, y nos quedamos con la interrogante de qué habría pasado si...

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  3. Me encanta cómo nos haces reflexionar sobre el sentido del deber y el querer. Muchas veces nos movemos por la esfera del deber, y nos quedamos con la interrogante de qué habría pasado si...

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  4. Me gusta lo común pero a la vez dramático de tu cuento. A todos nos ha pasado, pero quizás para ti fue más fuerte por otros factores. Me gustó.

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