domingo, 10 de abril de 2016

Lección de Vida

Nació el 12 de Abril de 1994, el mismo día en que falleció su abuelo Antonio. De ahí que la bautizaron con el nombre de Antonia.
Sus padres tuvieron problemas para tener hijos, por lo que aquel nacimiento fue un verdadero milagro.
Desde la niñez, fue más rellenita que el resto, pero nunca fue tema para ella; se quería tal cuál era: tenía claro sus defectos, y se esforzaba en erradicarlos. Pero también sabía cuáles eran sus virtudes, y se empeñaba para que éstas fuesen más importantes que sus vicios. Su vida era perfecta: confianza total con sus padres, excelente alumna y muchas amistades.
Entrada la adolescencia, comenzó a salir con hombres, y le gustaba interactuar con ellos, de hecho, en tres años, tuvo dos pololos y 5 pinches. A todos ellos les encantaba su forma de ser auténtica, sin importarle lo que el resto pensara de ella. La Antonia siempre estaba alegre y se preocupaba por que todos los de su entorno también lo estuviesen. Podías tener la mayor de las penas, pero con su positivismo, y  contagioso ímpetu por vivir, te lograba sacar una sonrisa.
Todo cambió drásticamente en unas vacaciones de verano. Yendo a bailar conoció un muchacho del cual se enamoró profundamente. Pasaron toda la noche juntos, hasta que al momento de la despedida, la Anto le pide el celular, pero él se niega ya que no le gustaban las mujeres gordas. Ella se sintió ofendida, y no podía creer que se había enamorado de alguien así.
Al día siguiente, mientras meditaba lo que aquel muchacho le había dicho la noche anterior, le informan que una de sus mejores amigas había muerto de un infarto, por estar gorda. No pudo más de angustia y corrió a contarle a sus padres, ellos trataron de consolarla, hasta que se calmó. En la noche, sus padres le recomiendan hacer dieta para no terminar como su amiga. Nunca me perdonaré lo ocurrido ésa noche…

Recuerdo cuando era pequeña, y amaba las galletas. En ése instante era mi deber preocuparme por ella, y le escondía los dulces. Otra de tantas, es que al llegar de un cumpleaños de una de sus amigas, me comenta que fue quien más dulces cogió de la piñata. En ése entonces tenía 10 años y pesaba 55 kilos. Para cuidar su salud, debí esconder la bolsa de dulces y regalarla luego… ¡Siempre encontraba todo, era una detective profesional con la comida!

El día del funeral, fue al féretro para ver a su amiga por última vez. En ése mismo instante, se ve a ella misma ocupando el lugar de su amiga, y siente una rabia inmensa con la gordura. Ése fue el clic detonante para emprender un viaje sin regreso
Se termina enamorando de las dietas, y prolifera su culto al cuerpo “ideal”. Ahí dejó de ser mi gorda, la cual todos adorábamos y admirábamos. Antes, sus padres nunca sospecharon porque siempre se las ingeniaba para pasar inadvertida. De hecho, al verla adelgazar, sus padres no paraban de felicitarla, y sus amigas de piropearla por lo bien que se veía delgada.
 Ya a los 5 meses de dieta, parecía un esqueleto andante, con apenas fuerzas para caminar. Sus padres, preocupados, comenzaron a vigilar su alimentación, pero ella fue más astuta. En presencia de ellos, familiares y conocidos, comía de forma normal, por lo que sus padres se fueron relajando al ver que su hija estaba volviendo a una vida sana. Lo que nunca sospecharon, es que se compraba, a escondidas, todo tipo de remedios quema grasa y laxantes. Además, otro método que solía emplear para evadir la ansiedad que le producía todo esto, era hacerse tajos en diferentes partes del cuerpo, o vomitaba, como castigo por estar gorda.
 Con tanta obsesión encima, y por sobre dosis de medicamentos, mi querida Antonia, muere a los 22 años.

Siento que todo fue mi culpa al incentivarla con las dietas desde pequeña, y obligarla a adelgazar, en el peor momento de su vida. ¡Cómo no fui capaz de detectar su enfermedad a tiempo! Ahora comprendo que pedía ayuda a gritos, pero no supe escucharla.

Yo fui la madre de una niña vencida por el culto, obsesivo, a la imagen corporal.

2 comentarios:

  1. Blanca...como tratas el tema de los desórdenes alimentarios...me impresiona, me genera uno de esos dolores en el pecho de ver como algo terrible destruye la vida de alguien...me gusta el cuento, me emociona también...sigue así

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  2. Honestamente no se que decir... si esto fue "un rollo" tuyo, espero una buena explicación el martes.
    Aspectos técnicos, buena redacción y buena imagen (fácil de imaginar). Sin embargo, lo sentí demasiado como una biografía, no como cuento. De cualquier forma, me gustó.

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